Diversos factores han disparado los precios de la luz y, en su gran mayoría, no dependen de nosotros. No hay mucho que podamos hacer a ese respecto, pero lo que sí podemos hacer es seguir una serie de consejos que nos permitirán ahorrar energía y, en consecuencia, pagar menos en la factura de la luz.
Consumo consciente
La situación obliga a que tengamos que ser más conscientes tanto de la energía que consumimos como de la manera en que pagamos por ella. Acciones tan simples como comparar tarifas o conocer cuáles son las horas más baratas de la luz, pueden suponer un ahorro importante. En general, tener información y control sobre nuestro consumo energético se reflejará directamente en la factura de la luz.
Invierte en bajo consumo
Optar por opciones de bajo consumo y/o más eficientes energéticamente puede tener un coste inicial, pero, sin duda, gracias al ahorro en la factura de la luz, esta inversión se amortizará rápidamente.
Renovar las ventanas, invertir en el aislamiento de las paredes o simplemente cambiar nuestros electrodomésticos viejos por otros con una etiqueta energética más favorable, puede suponer un ahorro importantísimo. Hay que pensar que, por muy buen sistema de climatización que tengamos, si se producen fugas de energía a través de las ventanas, tendremos que abusar de la calefacción o el aire acondicionado, con el consiguiente elevado gasto energético que eso supone.
Un gesto tan simple como evitar el “consumo silencioso” (dejar los aparatos en stand by) puede suponer un ahorro en la factura de hasta un 10%. Poner bombillas de bajo consumo, aunque sean algo más caras, ahorra hasta un 50% si sustituimos fluorescentes por LED y hasta un 90% si lo que sustituimos son bombillas incandescentes.
Información y control
Del mismo modo, apostar por aparatos inteligentes o apps que nos ayuden a controlar nuestro consumo, aunque pueda suponer una inversión de tiempo y dinero, nos permitirá tomar mejores decisiones y ahorrar energía.
Un simple temporizador, bien externo para los enchufes o bien los incorporados a los propios electrodomésticos, nos facilitarán la tarea de programar cuándo queremos que funcionen algunos aparatos. Para hacerlo correctamente, será importante también conocer cuál es nuestra tarifa, potencia contratada y las mejores horas para utilizar los electrodomésticos.
Planifica
A partir de la información que tengamos, es recomendable programar no solo los electrodomésticos, sino también nuestras rutinas.
Cuando cocinemos, por ejemplo, podemos aprovechar para hacer distintos platos a la vez y así no tener que utilizar la cocina todos los días o en horas donde es más caro hacerlo. Las duchas más cortas o descongelar alimentos en la nevera sacándolos horas antes en vez de utilizar el microondas, son pequeños gestos que, sin embargo, tienen un gran impacto en la factura de la luz.
Uso eficiente de los electrodomésticos
Los electrodomésticos, especialmente el frigorífico, suponen la parte más importante del consumo energético del hogar. Por eso, es especialmente importante hacer un buen uso y asegurarse de su buen mantenimiento.
Por ejemplo, en el caso del congelador, limpiarlo de manera regular para eliminar la escarcha puede suponer un cambio importante; con solo 3 milímetros de escarcha, aumenta el consumo en hasta un 30%. De igual manera, mantener la parte trasera del aparato libre de polvo evitará que se sobrecargue.
Evitar dejar la puerta de la nevera abierta y regular la temperatura son también consejos esenciales para ahorrar energía. Ocurre lo mismo con los termos o la lavadora, unos grados de más realmente pueden marcar la diferencia; por ejemplo, la diferencia de lavar la ropa a 40°C en vez de a 60°C supone un ahorro de hasta el 55%, así que, siempre que puedas, utiliza agua más fría. Siempre puedes preparar la ropa dejándola a remojo o utilizar productos quitamanchas para que no tengas que utilizar agua tan caliente.
Siempre que puedas, aprovecha los recursos naturales. Una ventilación adecuada o el uso de persianas y cortinas ayudarán a que podamos regular la temperatura y la calidad del aire del hogar de manera natural, evitando así el uso excesivo de climatizadores artificiales.
Secar la ropa al aire libre siempre que se pueda o aprovechar el calor residual (apagar la cocina o el horno un poco antes y aprovechar ese calor) también ayudan. En la cocina, el sistema que más ahorra son las placas de inducción, más que las vitrocerámicas e incluso el gas. Eso sí, asegúrate de utilizar los utensilios adecuados y de tapar las ollas siempre para que su contenido se caliente más rápido. En este sentido, se trata simplemente de “facilitar” la función de los aparatos, evitar que hagan un sobreesfuerzo.
Compara tarifas
Cada hogar es un mundo. Aunque haya consejos para ahorrar energía que nos sirven a todos, no existe una fórmula mágica, ya que las circunstancias de cada uno son distintas.
Por ello, es muy importante contratar la tarifa de la luz adecuada, con la potencia que realmente necesitamos. Estudiar cuáles son nuestros hábitos y plantearse cuáles son nuestras necesidades reales nos ayudará a elegir mejor qué plan o forma de tarifar se adapta mejor a nuestro estilo de vida, de manera que tengamos el servicio que necesitamos, pero con el mayor ahorro posible.